Antiteísmo

El antiteísmo es la oposición activa al teísmo. El término ha tenido un variado espectro de aplicaciones; en contextos seculares, típicamente se refiere a la oposición directa a la religión organizada o a la creencia en cualquier deidad, mientras que en un contexto teísta, a veces se refiere a la oposición a un dios o dioses específicos.

Definición

El teísmo asume la existencia de uno o más seres divinos, mientras que el antiteísmo rechaza esta suposición. Está dirigido contra las cosmovisiones teístas, no contra sus adherentes.

La cosmovisión de muchas personas que se identifican como ateos (no antiteístas) hoy en día generalmente comparte las mismas ideas que son los principios básicos del antiteísmo. Sin embargo, esta actitud ignora la diferencia fundamental de que la falta de creencia en la existencia de Dios ( ateísmo ) es filosófica y psicológicamente muy diferente de creer que tal creencia es irracional y/o dañina (antiteísmo).

Los literatos y oradores ateos de la actualidad, como Richard Dawkins , parecen definir el término antiteísmo para sí mismos de tal manera que no solo niegan que todos los teísmos sean verdaderos, sino que también los niegan por completo o al menos en su mayor parte su utilidad. Esto sucede sobre todo en contraste con los ateos, que no creen en la existencia de Dios, pero a menudo ven un beneficio en la religiosidad (por ejemplo, para la moral y la ética de una sociedad). Por ejemplo , Christopher Hitchens creía en la existencia de un ser omnipotente y omnisciente.Un ser que exige adoración por toda la eternidad no es deseable de ninguna manera, ya que así es la vida en un estado totalitario de vigilancia .

Argumento

La doctrina antiteísta se basa en el principio de autoridad formulado por el anarquista de origen francés Pierre-Joseph Proudhon, quien sostiene que el poder político se sustenta en la creencia en un dios que origina, ocupa la cúspide y encabeza la escala jerárquica de dominación, y que este dios sería el reflejo y el justificativo de la existencia del gobierno, y viceversa. El principio de autoridad, y por tanto la predisposición a obedecer al Estado, se sustenta sobre la creencia de que siempre existe un ser superior, supremo.[1]​ Así, esta dependencia del ser humano respecto de Dios, le impediría asumir su propia humanidad y por tanto la libertad. La religión supondría la negación de la realidad del hombre y por tanto su alienación, donde desprecia la naturaleza real y valora la metafísica irreal. Esta idea sería después ampliamente desarrollada por Mijaíl Bakunin en su obra Dios y el Estado.[2]

Los anarquistas no plantean el ateísmo como algo obligatorio ni por decreto, sino como una labor de educación y concienciación voluntaria, en el marco de una filosofía naturista y una educación racionalista que no dé explicaciones sobrenaturales a los hechos de la realidad. El antiteísmo anarquista difiere del marxismo antirreligioso, ya que este último va más allá, al no únicamente negar la existencia de dioses, sino promocionar abiertamente su oposición a la religión a través del control estatal.

Existen otros antiteístas, como Friedrich Nietzsche, quien sostiene que el hombre europeo descendiente de los hiperbóreos ha de asumir la gran e inevitable consecuencia de la muerte en la sociedad occidental de Dios, del Dios judeocristiano, el vengativo y cruel Yahveh. La consecuencia de la muerte de Dios es que los valores vigentes en la sociedad occidental se vienen abajo, según el nihilismo, porque la vida carece de significado objetivo, propósito, o valor intrínseco. Según Nietzsche la superación del nihilismo se producirá cuando el Übermensch imponga los nuevos valores de la moral de señores, destruyendo los valores de la moral de esclavos. Resumiendo, destruimos los valores de los hombres para poner en su lugar los valores del Übermensch, que ocupará el lugar de Dios.

Oposición a la idea de dios

Otras definiciones de antiteísmo incluyen la del filósofo católico francés J. Maritain (1953), para quien es "una lucha activa contra todo lo que nos recuerda a dios".[3]

La definición de Robert Flint (1877), profesor de teología en la Universidad de Edimburgo, era similar. La conferencia de Baird de Flint de 1877 se tituló "Teorías antiteístas".[4]​ Usó "antiteísmo" como un término muy general para toda oposición a su propia forma de teísmo, que definió como

la "creencia de que los cielos y la tierra y todo lo que contienen deben su existencia y continuidad a la sabiduría y voluntad de un Ser supremo, autoexistente, omnipotente, omnisciente, justo y benévolo, que es distinto e independiente de de lo que Él ha creado."[4](p 1)

Flint escribió[4]

"Al tratar con teorías que no tienen nada en común excepto que son antagónicas al teísmo, es necesario tener un término general para designarlas. Anti-teísmo parece ser la palabra apropiada. Es, por supuesto, mucho más comprensiva en significado que el término ateísmo. Se aplica a todos los sistemas que se oponen al teísmo. Incluye, por lo tanto, el ateísmo, pero aparte del ateísmo, hay teorías antiteístas".
"El politeísmo no es ateísmo, porque no niega que haya una deidad; pero es antiteísta porque niega que haya una sola. El panteísmo no es ateísmo, porque afirma que hay un dios; pero es antiteísmo, porque niega que dios sea un ser distinto de la creación y que posea atributos tales como sabiduría, santidad y amor. Toda teoría que se niega a atribuir a un dios un atributo que es esencial para una concepción digna de su carácter es antiteísta. Solo aquellas teorías que se niegan a reconocer que hay evidencia incluso de la existencia de un dios son ateas".[4](p 23)

Sin embargo, Flint también reconoció que el antiteísmo generalmente se entiende de manera diferente a como él lo define. En particular, señala que se ha utilizado como una subdivisión del ateísmo, descriptivo de la opinión de que el teísmo ha sido refutado, más que como el término más general que prefería Flint. Rechazó la alternativa no-teísta

"no solo por su origen y carácter híbrido, sino también porque es demasiado integral. Las teorías de la ciencia física y mental no son teístas, incluso cuando en ningún grado, directa o indirectamente, son antagónicas al teísmo".[4](p444)

Christopher New retomó este uso del término en un ensayo publicado en 1993. En él, imagina cómo serían los argumentos a favor de la existencia de un dios malvado:

Los antiteístas, como los teístas, creerían en un creador omnipotente, omnisciente y eterno; pero mientras que los teístas creerían en la existencia de una entidad suprema perfectamente buena, los antiteístas contemplarían la existencia de un dios perfectamente malvado[5]

Este enfoque puede ilustrarse con el Satanismo espiritual, que invierte el orden de los campos haciendo de Lucifer el verdadero portador de la Verdad; o, en una concepción estrictamente monoteísta, con el Satanismo de LaVeyen, que considera que, frente a la indiferencia morbosa del demiurgo, el individuo sólo puede contar consigo mismo.

Exponentes

Entre los principales referentes del antiteísmo están Mijaíl Bakunin y Friedrich Nietzsche.[6]

En palabras de Bakunin:

Si Dios existiera realmente habría que abolirlo.

cambiando la frase de Voltaire

Si Dios no existiera habría que inventarlo.

Referencias

  1. Bakunin, Mijaíl. Dios y el Estado. Pág. 73
  2. Cuevas Noa, Francisco José. Anarquismo y educación... Pág. 63
  3. Maritain, J. (1953). The Range of Reason. London, UK: Geoffrey Bles. p. 104. Archivado desde el original el 7 de abril de 2013. 
  4. a b c d e Flint, Robert (1894). Anti-Theistic Theories: Being the Baird Lecture for 1877 (5th edición). London, UK: William Blackwood and Sons. 
  5. Christopher New, "Antitheism - A Reflection, publicado en junio de 1993 en la revista Ratio, páginas 36-43; véase también: Charles B. Daniels, junio de 1997, God, demon, good, evil, The Journal of Value Inquiry, vol. 31 (2), páginas 177-181.
  6. Cuevas Noa, Francisco José. Idem, pág. 63

Bibliografía

  • Cuevas Noa, Francisco José (2003). Anarquismo y educación: la propuesta sociopolítica de la pedagogía libertaria. Madrid: Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo. ISBN 978-84-86864-62-0. 
  • Bakunin, Mijaíl (2008). Dios y el Estado. Ediciones de Intervención Cultural. ISBN 9788496831919. 

Véase también

Enlaces externos