En esta batalla algunos de los nobles partidarios de Lancaster cambiaron de bando para apoyar a los yorkistas. Ante la derrota de los Lancaster, el rey se vio obligado a reconocer a los York como legítimos herederos a la Corona mediante el Acta de Acuerdo. Parecía el fin de la guerra, pero la reina consorte Margarita de Anjou estaba reuniendo un ejército para continuar con el conflicto.
↑ abSpencer C. Tucker (2009). A Global Chronology of Conflict: From the Ancient World to the Modern Middle East. Santa Bárbara: ABC CLIO, pp. 346. ISBN 978-1-85109-672-5.