Cárites

Las Cárites en un fresco del siglo I en Pompeya.

En la mitología griega, las Cárites, más conocidas como las tres Gracias (en griego Χάριτες, en latín Gratiae), eran diosas menores que habitaban el Olimpo. Estaban asociadas con cualidades buenas y deseables para el hombre, como el encanto, la belleza y la creatividad humana; así como también tenían influencia sobre los ciclos de la fertilidad en la naturaleza. En la versión más común, citada en la Teogonía, se nos dice que Eurínome, hija de Océano, de encantadora belleza, le dio a Zeus a las tres Gracias de hermosas mejillas: Aglaya («belleza»), Eufrósine («júbilo») y la deliciosa Talia («abundancia»). De sus párpados brota el amor que afloja los miembros cuando miran y bellas son las miradas que lanzan bajo sus cejas.[1]

Otros varían su genealogía y así dicen que eran hijas de Hera (sin especificar consorte),[2]​ de Dioniso y una tal Corónide,[3]​ o de Helios y la náyade Egle.[4]Calímaco ofrece tres variantes en la que Zeus es el padre, pero no se decide entre Hera, Eurínome o Evante, hija de Urano.[5]Cornuto tampoco se decide acerca de la consorte de Zeus y madre de las Gracias, y así baraja los nombres de Eurídome, Eurimedusa y Evante.[6]Homero escribió que formaban parte del séquito de Afrodita. Las Cárites estaban asociadas asimismo con el inframundo y los misterios eleusinos.

El río Cefiso cerca de Delfos estaba consagrado a ellas, y tenían sus propias festividades, las Caritesias o Carisias, que son las fiestas de "Acción de Gracias", en las que se practicaba el banquete "Charistía", en el que se comía torta de miel llamada piramús en honor de las Cárites.

Diferencias regionales

Aunque se solía considerar que las Cárites eran tres, para los espartanos la tercera era Cleta y no Talia. Algunas veces se mencionan a otras Cárites, entre ellas Auxo, Caris o Cárite, Peito, Hegémone, Fena y Pasítea. Pero aun así las Cárites seguirían siendo Aglaya, Eúfrosine y Talia, aunque para los espartanos hubiera alguna otra más, pero esas serían las más importantes y las más conocidas.

Los beocios dicen que Eteocles fue el primer hombre en sacrificar para las Cárites. Además, saben que estableció en tres el número de las Cárites, pero no tienen tradición sobre los nombres que les dio. Los lacedemonios, sin embargo, dicen que las Cárites son dos, y que fueron establecidas por Lacedemón, hijo de Táigete, quien les dio los nombres de Cleta y Faena. Estos son nombres adecuados para las Cárites, pues son los que les dieron los atenienses, quienes desde antiguo han adorado a dos Cárites: Auxo y Hegémone. [...] Fue desde Eteocles de Orcómeno que aprendimos la costumbre de orar a las tres Cárites. Y Angelión y Tectao, hijos de Dioniso, que hicieron la imagen de Apolo para los delios, pusieron tres Cárites en su mano. Además, en Atenas, antes de la entrada a la Acrópolis, las Cárites eran tres en número; a su lado se celebran misterios que no deben ser revelados a muchos. Pamfos fue el primero de quien sabemos que cantó sobre las Cárites, pero su poesía no contiene información sobre su número ni sus nombres. Homero (quien también alude a las Cárites) hace a una de ellas esposa de Hefesto, dándole el nombre de Gracia. También dice que Sueño era un amante de Pasítea, y en el discurso de Hipnos aparece este verso:
«realmente me darás una de las más jóvenes Cárites»[7]
De ahí algunos han sospechado que Homero sabía también de otras Cárites mayores. Hesíodo en la Teogonía[8]​ (aunque la autoría es dudosa, este poema es buen testimonio) dice que las Cárites son hijas de Zeus y Eurínome, dándole los nombres de Eufrósine, Aglaya y Talia. El poema de Onomácrito coincide con esta versión. Antímaco, aunque no da el número de las Cárites ni sus nombres, dice que era hijas de Egle y el Sol. El poeta elegíaco Hermesianax discrepa con sus predecesores al hacer también a Persuasión una de las Cárites.

En la mitología romana y latina, las Cárites fueron identificadas bajo el nombre de Gracias (Gratiae) y ya con nombres parlantes: Castitas («castidad»), Pulchritudo («belleza») y Voluptas («deseo»). De este modo, nos encontramos con dos lecturas opuestas: una tríada compuesta por tres aspectos de un mismo atributo, en el caso griego, y una tríada latina donde están representados tres arquetipos diferentes de mujer.

En el arte

Las tres Gracias, escultura de Antonio Canova

Sobre la representación de las Cárites, Pausanias escribió:

Quién fue el que primero representó desnudas a las Cárites, en escultura o en pintura, no puede ser descubierto. Durante el periodo más antiguo, ciertamente, tanto escultores como pintores las representaban cubiertas. En Esmirna, por ejemplo, en el santuario de Nemeses, sobre las imágenes se habían dedicado Cárites de oro, obra de Bupalo; y en el Teatro de esa misma ciudad hay un retrato de una Gracia pintado por Apeles. Igualmente en Pérgamo, en la cámara de Átalo, hay otras imágenes de Cárites hechas por Bupalo; y cerca de lo que se llama Pythium hay un retrato de las Cárites, pintado por Pitágoras el Pario. También Sócrates, hijo de Sofronisco, hizo imágenes de las Cárites para los atenienses, que están ante la entrada a la Acrópolis de Atenas. Todas estas están igualmente cubiertas; pero artistas posteriores, no sé por qué razón, han cambiado la forma de retratarlas. Ciertamente los escultores y pintores actuales representan a las Cárites desnudas.
Libro 9, xxxv.6-7

En el Renacimiento, el grupo escultórico romano de las tres Gracias en la biblioteca Piccolomini del Duomo di Siena inspiró la mayoría de los temas. Las Gracias se representan junto con otras varias figuras en la pintura de Sandro Botticelli La Primavera. Rafael también las pintó en un cuadro hoy expuesto en Chantilly (Francia). En el Barroco, Rubens recuperó el tema adaptándolo al nuevo estilo en Las tres Gracias. Entre otras representaciones artísticas, son el tema de las famosas esculturas de Antonio Canova y Bertel Thorvaldsen.

Galería

Referencias

  1. Hesíodo: Teogonía 908-912
  2. Coluto: El rapto de Helena, 173
  3. Nono: Dionisíacas 48, 548
  4. Dionisíacas 15, 87 y 48, 530; Pausanias: Descripción de Grecia IX 35, 5
  5. Calímaco: Aitia fr.2
  6. Cornuto: Compendio de teología griega, 15
  7. Ilíada xiv.270-276
  8. HESÍODO: Teogonía 907

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