Religión en la Filipinas prehispánica

Un bulol (anito de la etnia igorote) tallado en madera representando al dios ifugao del arroz en primer plano, con los arrozales de las cordilleras de Ifugao al fondo.

Las religiones de la Filipinas precolonial fueron principalmente creencias animistas autóctonas como el culto a los anitos con ciertas influencias del hinduismo y el budismo. Las evidencias arqueológicas más antiguas que han llegado hasta nuestros días son varias estatuas de oro de estilo claramente hindú o budista, y el registro escrito más antiguo es la Inscripción sobre cobre de Laguna, datada del año 900, el cual esta fechado en shaka, un antiguo calendario de origen hindú.

Pocas décadas antes a la colonización española, el islam también se extendió por las islas (especialmente en el sur) durante el siglo XIV, quedando relegadas las religiones nativas en esas áreas. Con la conquista española de Filipinas se implanta el catolicismo y se prohíben las religiones animistas por considerarse «brujería».

Aun así, a día de hoy las tradiciones y mitología precoloniales se siguen practicando de manera marginal en zonas rurales en una forma sincretizada de catolicismo popular.

Animismo

Festival Kaamulan en Malaybalay, una muestra de la tradición indígena todavía vigente en algunas zonas de la moderna Filipinas.

El animismo de las Filipinas precoloniales creía en que el mundo está habitado por espíritus y entidades sobrenaturales y que se les debe mostrar respeto mediante la adoración. Estos espíritus de la naturaleza se conocían como diwatas, relacionados con los devatas hindúes.

Algunas fes practicaban el culto a los dioses (como al dios supremo de los tagalos, Bathala y sus hijos Adlaw, Mayari y Tala, o el dios visayo Kan-Laon). Otras practican el culto a los ancestros. Estas prácticas, aunque se las llama colectivamente como animismo, variaban notablemente entre etnias. La magia, los cánticos y las oraciones son a menudo características clave. Los chamanes eran altamente respetados (y a veces temidos) en la comunidad, y hacían las veces de sanadores/as, matronas (hilot), brujos/as y visionarios (mangkukulam), sacerdotes (babaylán/katalonan) e historiadores de la tribu. En la región de las Visayas, existen creencias chamánicas y brujería (barang), criaturas míticas como el aswang (vampiros), duwende (enanos), y bakonawa (una serpiente de mar gigantesca) parecida a Naga, sincretizadas con las religiones mayoritarias (islam y cristianismo).

Actualmente, alrededor del 2% de la población filipina son «anitistas», concentrados en áreas rurales y remotas de la Región de La Cordillera, Palawan, Mindoro, Visayas y Mindanao. El 90% de la población filipina continúa profesando ciertos sistemas de creencias anitistas, a pesar de adherirse a otra religión.[1][2]

Anito

Tallas de madera de espíritus ancestrales (anito)

Los anitos son espíritus (las deidades de la casa, los antepasados difuntos, los espíritus de la naturaleza y las ninfas, llamadas diwatas en el sur), y a la vez, «anito» es un nombre colectivo que designa el sistema de creencias pre-hispánico filipino. Los antiguos filipinos creían que el mundo tenía consciencia propia, y que las piedras, árboles, montañas, agua, animales, sol, luna y tienen un poder escondido, animados por un espíritu o ídolo. Los espíritus podían ser dañinos o benignos y podían controlar algunos aspectos de vida mortal.

Los antiguo filipinos conservaban estatuas o fetiches para representar a estos espíritus, pedir guiaje y protección. Existía una fuerte fe y respeto hacia el medio ambiente, los ancestros y los ancianos. El anitismo sobrevive en el presente de manera muy minoritaria como forma de catolicismo popular.

Babaylán y mananambal

Durante el periodo prehispánico, los babaylanes eran los chamanes y dirigentes espirituales, mientras que los mananambal cumplían la función de curanderos. Al comienzo de la era colonial, la supresión de los babaylanes y de la religión nativa filipina provocó el aumento de una nueva figura, los albularyo (de «herbolario»), que eran médicos «brujos». Sincretizando oraciones nativas y católicas, el albularyo era capaz de conservar las antiguas formas de curación en la nueva religión oficial.

Budismo

Expansión budista por Asia.

Aunque no se han encontrado en Filipinas evidencia escrita de que se practicase el budismo, descubrimientos arqueológicos recientes (estatuillas budistas) y unas cuantas referencias en registros históricos en otros países contemporáneos pueden atestiguar que esta religión estuvo presente en el archipiélago durante el siglo IX. Los registros escritos previos a la colonización no mencionan a Filipinas en conjunto sino a una o varias de las naciones establecidas en las islas.

Muchos estados filipinos precoloniales fueron tributarios del poderoso imperio budista Srivijaya, que controló el comercio marítimo en el Sureste Asiático entre los siglos VI y XIII. Estos contactos comerciales fueron antes o durante el siglo IX y probablemente condujeron a la introducción del budismo Vajrayana en Filipinas.

En 1225, Zhao Rugua, un escritor chino y superintendente de comercio marítimo de Fuyián, escribió el libro Zhu Fan Zhi (諸番志 'Reporte de los varios pueblos bárbaros') en el que describe el comercio con un país llamado Ma-i ubicado en la isla filipina de Mindoro. En el libro se relata:

El país de Ma-i está al norte de Borneo. Los nativos viven en grandes aldeas en las orillas opuestas de un arroyo y se cubren con una tela como una sábana o esconden sus cuerpos con un taparrabos. Hay imágenes metálicas de Budas de origen desconocido dispersas en la enredada naturaleza.
Zhao Rugua en Zhu Fan Zhi; a partir de Scott, 1984[3]

En el siglo XII, los inmigrantes malayos llegaron a Palawan, y desde entonces la mayoría de asentamientos fueron gobernados por jefes tribales malayos. Estuvieron seguidos por los indonesios del Imperio Majapahit en el siglo XIII que también trajeron con ellos el budismo.

Las imágenes y esculturas budistas supervivientes se encontraron en las Cuevas de Tabon.[4]​ La búsqueda reciente conducida por Philip Maise ha incluido el descubrimiento de esculturas gigantes, así como pinturas en la cueva, dentro de los cuartos de entierro que parecen describir el Viaje al Oeste.[5]

La crónica china Song Shih habla sobre la primera misión tributaria desde Butuán (Li Yui-han 李竾罕 y Jiaminan) a la corte imperial china el 17 de marzo del año 1001. Describe Butuán como pequeño país marítimo hindú con una monarquía budista que tuvo contacto regular con Champa y contacto intermitente con China bajo un rajá llamado Kiling.[6]

Los antiguos batangueños fueron influidos por la cultura india, evidente en su lengua (proveniente del sánscrito) y alfarería. Una imagen de Buda fue producida en molde en un medallón de arcilla en relieve en el municipio de Calatagan. Según los expertos, la imagen presenta fuertes semblanzas con el retrato iconográfico de Buda en Siam, India y Nepal. La imagen muestra al Buda Amithaba en posición tribhanga[7]​ dentro de un nimbo ovalado. Los investigadores también notaron una fuerte tendencia al estilo mahayánico pues se mostraba el Boddhisattva Avalokitesvara.

Observaciones lunares

  • Subangluna nueva.
  • Gimat/ungut – creciente
  • Hitaas na an subang – tres noches tras la luna nueva
  • Balining – cuarta o quinta noche
  • Odto na anbalanCuarto creciente
  • Dayaw / paghipono / takdul / ugsanluna llena
  • Madulumdulum – menguante
  • Banolor – dos días tras la luna llena
  • Parik – quinta o sexta noche
  • KatinCuarto menguante
  • Malasumbang – el vigésimo-noveno día (noche anterior a la luna nueva)

Hinduismo

La expansión de Hinduismo en las Filipinas.

Multitud de comerciantes tamiles, guyaratíes e indonesios llegaban a los puertos de todas las islas del sudeste asiático. De esta manera se intodujeron en el archipiélago filipino las diferentes religiones indias, principalmente una versión sincrética del hindú y el budismo. Esto ocurrió en el primer milenio a. C., a través del reino indonesio de Srivijaya, y después de Majapahit. La evidencia arqueológica que sugiere un intercambio de ideas espirituales antiguas de la India a Filipinas, que incluye una imagen dorada de 1,79 kg y 21 quilates de Agusan (a veces denominada «Tara Dorada»), encontrada en Mindanao en 1917 después de que una tormenta e inundación expusieran su ubicación. La estatua ahora se encuentra en el Museo Field de Historia Natural de Chicago, y data del período del siglo XIII a principios del XIV.

El Dr. FDK Bosch, de Batavia, realizó un estudio de esta imagen en 1920, quien llegó a la conclusión de que fue realizada por trabajadores locales en Mindanao, copiando una imagen Ngandjuk del período Madjapahit temprano, excepto que el artista local pasó por alto los atributos distintivos sostenidos en la mano. Probablemente tuvo alguna conexión con los mineros javaneses que se sabe que extrajeron oro en el área de Agusan-Surigao a mediados o finales del siglo XIV. Aparentemente, la imagen es la de una diosa shivaíta y encaja bien con el nombre Butuán (que significa «falo»)
H. Otley Beyer, 1947[8]

El indólogo Juan R. Francisco sugiere que la estatua dorada de Agusan puede ser una representación de la diosa Sakti de la tradición Siva-Buddha (Bhairava) que se encuentra en Java, en la que el aspecto religioso de Shiva se integra con los encontrados en el budismo de Java y Sumatra.

Folclore, arte y literatura

Muchas fábulas y mitos de la cultura Filipina están ligadas a las artes indias, como la historia del mono y la tortuga, la carrera entre el ciervo y el caracol (similar a la historia Occidental de la liebre y la tortuga) o el halcón y la gallina. De modo parecido, las épicas importantes y la literatura folclórica de las Filipinas muestra temas y moralejas expresadas en el Mahabharata y el Ramayana.[9]

Según los indólogos Juan R. Francisco y Josephine Acosta Pasricha, las influencias hindúes marcaron el folclore de la Filipinas precolonial por varias inscripciones encontradas escritas entre el siglo IX y X.[10]Maharadia Lawana es la versión maranao del rey Rāvaṇa de la épica hindú Ramayana. Lam-Ang es la versión ilocana y sarimanok de Garuda, el pájaro legendario del pueblo maranao. Además, muchos versos del Hud-Hud de la tradición ifugao deriva del Ramayana y del Mahabharata.[11]

Influencias hindúes en el folclore filipino

Las semejanzas de dios hindú Hayagriva y el ser mitológico hindú Tikbalang, un caballo benévolo.

El cuento épico Darangen o Singkil del pueblo maranao que ha llegado hasta nuestros días es la versión local más completa del Ramayana. Antes de expandirse el islam en el siglo XVII, Maguindanao recibió muchas influencias indias, evidenciadas en una saga folclórica que pervive a día de hoy llamada Ladya Lawana, equivalente al Rajá Ravana.

Seres mitológicos

En la mitología filipina, el Tigmamanukan era un gran ave azul y negra (asociada a la especie Irena cyanogastra) que sirvió de mensajera a Bathalang Maykapal, del cual era también presagio.[12]​ Un mito dice que si uno se cruza con un Tigmamanukan mientras viaja, deberían observar la dirección que sugiere su vuelo. Si el pájaro vuela hacia la derecha, el viaje sería satisfactorio. En cambio, si el vuelo es hacia la izquierda, el viajero podría peligrar.

Cierta criatura mitológica filipina que es mitad caballo mitad humano es llamada Tikbalang. Se encuentra en imágenes de hace cuatro milenios y tiene sus raíces en Hayagriva, avatar del dios hindú Vishnú. En 1589, al principio de la conquista española, el padre Juan de Plasencia documento que el término tikbalang existía en varios pueblos indígenas.

Una criatura llamada magindara, similar a la sirena europea (de hecho, por influencia española, también se denomina «sirena» al magindara) está sacada directamente de la imaginería hindú.

Otras influencias

Prevaleció en la antigua Filipinas el concepto de un mundo de múltiples capas de cielo e infierno. Según los Puranas hindúes, hay catorce mundos en el universo: los siete superiores y los siete inferiores. Los siete mundos superiores son Bhuh, Bhavah, Swah, Mahah, Janah. Tapah y Satyam; y los siete mundos inferiores son Atala, Vitala, Sutala, Rasatala, Talatala, Mahatala y Patala. La región conocida como Bhuh es la tierra donde habitan los humanos.

Islam

La extensión del Bruneian Imperio y el @spread de Islam en Al sureste Asia en el siglo XV

El Sultanato de Brunéi fue un imperio musulmán que consiguió subyugar al Reino de Tondó en el 1500 (veintiún años antes de la llegada de Magallanes) de la mano del Sultán Bolkiah (que es antepasado del actual Sultán de Brunéi, Muda Hassanal Bolkiah). Más tarde se formaría una alianza entre el Reino de Maynila (Kota Selurong) y Brunéi, por lo que el rajá musulmán Sulaiman consiguió el trono. Además, la victoria del sultán Bolkiah sobre Sulu (hoy Joló) y Seludong (hoy Manila)[13]​ así como sus matrimonios con Laila Mecanai, la hija del sultán de Sulu, Amir Ul-Ombra, y a la hija de Datu Kemin, extendiendo la influencia de Brunéi en las Filipinas.[14]

El rajá Salalila y el rajá Matanda en el sur (lo que ahora es Intramuros) se establecieron como reyes musulmanes y el asentamiento budista-hindú bajo Raja Lakandula en del norte Tundun (ahora Tondo.) La islamización de Luzón empezó en el siglo XVI cuando comerciantes de Brunéi asentados en el área de Manila contraían matrimonio con locales mientras mantenían sus enlaces con Brunéi y por ello, con otros centros musulmanes en el Sudeste Asiático.[15]​ No hay ninguna evidencia de que el Islam alcanzase una gran relevancia política o religiosa en la región, p. e. Padre Diego de Herrera mencionó que los habitantes de algunos pueblos eran musulmanes sólo en el nombre.[16]

Fuentes historiográficas

La Inscripción sobre cobre de Laguna.

Registros escritos extranjeros

Pocos registros escritos han llegado a nuestra época que hablen sobre la Filipinas pre-colonial. La mayoría provienen de crónicas chinas, india y españolas. Los más importantes son:

  • Zhu Fan Zhi (chino:諸番志 lit. «crónica de los varios bárbaros»).
  • Códice Boxer, crónica española con imágenes de un ilustrador chino.

Inscripción de Laguna

La Inscripción sobre cobre de Laguna (LCI) es el descubrimiento arqueológico más significativo encontrado en Filipinas, ya que es registro escrito más antiguo encontrado en el archipiélago. No se tiene constancia de ningún otro registro escrito hasta la conquista Española.

Se trata de un documento legal del año 900 que el Rajá de Tondó exculpaba a una persona (Namwaran), y a sus descendientes de un castigo. Se sabe su fecha exacta porque lo pone escrito en la misma placa. Se escribió el cuarto día tras el vaisakha (luna menguante) del año 822 del calendario shaka, que en el gregoriano corresponde al lunes, 21 de abril, 900. El shaka es un antiguo calendario lunar de origen budista-hindú.

La LCI fue encontrada en 1989 por un obrero que trabajaba en en una draga de arena de La Laguna cerca del lago Bay, en la desembocadura del río Lumbang (barangay de Wawa, Lumban). El antropólogo Antoon Postma, descifró la inscripción en 1992 y describe una lengua antigua tagala escrita en alfabeto kawi y con claras influencias del sánscrito.[17]​ La inscripción sugiere enlaces económicos y culturales entre los tagalos de Filipinas con el reino Medang en la isla de Java, el imperio Srivijaya, y los reinos hindu-budistas de la India.

Arqueología

Estatuilla de oro de Tara encontrada en Agusan. Hoy en el Museo Field de Historia Natural de Illinois.

Los yacimientos arqueológicos filipinos incluyen muchos artefactos de oro,[18][19]​ la mayoría datados del siglo IX. Estos objetos reflejan una iconografía del vajrayana y evidencia la influencia que tuvo esta rama del budismo en los estados precoloniales filipinos.[20]

Iconografía y artefactos:

  • Lingling-o: joyas con forma de Ω. Por sus características, se cree que fueron producidas localmente en las islas. Así lo apunta el arqueólogo Peter Bellwood, quien descubrió la existencia de un antiguo taller de orfebrería que fabricaba lingling-o, o adornos de oro en forma de omega, de 20 siglos de antigüedad, en Batanes.
  • Budas de cobre de Ma-i: reliquias de metal.[21]​ «La cortesía que mostraron los tagalos hacia los primeros españoles, muy diferentes a las de otras provincias de la misma raza y en la misma Luzón, pudo ser efecto del budismo (...) la gente de Ma-i parece recién llegada [a este puerto] ya que no saben de dónde vienen esas estatuas de metal [que hay] en la jungla».[22]
  • Bronce de Lokesvara: esta es una estatua de bronce que representa a la figura budista Avalokiteshvara, y que se encontró en isla Puting Bato en Tondó, al norte de Manila.
  • Bajorrelieve del Buda Amitabha: evidencia la influencia india (del sánscrito y de la alfarería) en los antiguos batangueños. Se reprodujo una imagen budista en molde sobre un medallón de arcilla en bajorrelieve del municipio de Calatagan. Según los expertos, la imagen se parece mucho a la representación iconográfica de Buda que se hace en Siam, India y Nepal. La «mandorla» muestra al Amitābha en la pose de tribhanga dentro de un nimbo ovalado. Los eruditos también notaron que hay una fuerte influencia mahayánica en la imagen, ya que también se representó al Boddhisattva Avalokitesvara.
  • Garuda dorada de Palawan: artefacto de oro descubierto en las Cuevas de Tabon de la isla Palawan. Se trata de una imagen de Garuda, el ave mítica que vive en el monte de Vishnú. El descubrimiento de sofisticadas imágenes hindúes y artefactos de oro en las cuevas de Tabon se ha relacionado con los encontrados en Óc Eo, en el delta del Mekong, en el sur de Vietnam.
  • Estatuas de bronce de Ganesha: Beyer encontró una estatua de bronce crudo de Ganesha, una deidad hindú, en 1921 en un sitio antiguo en Puerto Princesa (Palawan) y en Mactán (Cebú). El estudio de Beyer indica que la tosca estatua de bronce no fue importada, sino que fue fabricada localmente.
  • Avalokiteshvara de Mactán: encontrada en una excavación en 1921 en Mactán, Cebú por Beyer. Concluyó que esta estatua, hecha de bronce, puede ser una mezcla entre Buda y Shiva, en lugar de una figura «puramente budista».
  • Tara dorada de Agusán: fue descubierta en 1918 en Esperanza, Agusán del Sur, por Bilay Campos, una mujer de la tribu manobo.[23]​ La Tara Dorada finalmente fue llevada al Museo Field de Historia Natural en Chicago, Illinois en 1922. Beyer y otros expertos han acordado su identidad y la han fechado para pertenecer al 900-950 d. C. Sin embargo, no pueden ubicar su procedencia por sus características particulares.[24]
  • Kinnari dorada: una vasija dorada encontrada en 1981 en Surigao. El kinnari existe tanto en la mitología budista como en la hindú. En el budismo, el kinnari, una criatura mitad humana y mitad pájaro que representa la acción iluminada. El sutra del loto budista menciona al kinnari como el músico celestial en el reino de Himavanta. El kinnari toma la forma de un centauro, sin embargo, en el poema épico de la India, el Mahabharata, y en partes del Veda Purana.
  • Imágenes de Padmapani y Nandi: Padmapani también se conoce como Avalokitesvara, el ser de sabiduría o Bodhisattva de la Compasión. Las joyas de oro encontradas hasta ahora incluyen anillos, algunos coronados por imágenes de Nandi: el toro sagrado, cadenas eslabonadas, láminas de oro con inscripciones, placas de oro decoradas con imágenes repujadas de deidades hindúes.

Véase también

Referencias

  1. «LAKAPATI: The “Transgender” Tagalog Deity? Not so fast…». 
  2. «The Moon God Libulan/ Bulan : Patron deity of homosexuals?». 
  3. Scott, William Henry (1984); pág. 68
  4. Camperspoint: History of Palawan Archivado el 15 de enero de 2009 en Wayback Machine.. Accessed August 27, 2008.
  5. «'Great Sphinx' Found in Tabon Caves in Palawan». 12 de agosto de 2015. Archivado desde el original el 17 de agosto de 2015. Consultado el 9 de febrero de 2016. 
  6. «Timeline of history». Archivado desde el original el 23 de noviembre de 2009. 
  7. «Tribhanga: Strike A Pose». Archivado desde el original el 15 de enero de 2009. 
  8. Beyer, 1947.
  9. Halili, 2010, pp. 46–47.
  10. Mellie Leandicho Lopez (2008), A Handbook of Philippine Folklore, University of Hawaii Press, ISBN 978-9715425148, pp xxiv–xxv
  11. Manuel, E. Arsenio (1963), A Survey of Philippine Folk Epics, Asian Folklore Studies, 22, pp 1–76
  12. Scott, 1994.
  13. Saunders, 2013, p. 41.
  14. Brunei. CIA World Factbook. 2011. Archivado desde el original el 24 de diciembre de 2018. Consultado el 13 de enero de 2011. 
  15. Teodoro Agoncillo, History of the Filipino People, p 22
  16. A. Newson, Linda (2009). Conquest and Pestilence in the Early Spanish Philippines. UP Hawaii. ISBN 9780824832728. 
  17. Antoon Postma, "The Laguna Copperplate Inscription," Philippines Studies, 1992 40: 183–203.
  18. Jesus T. Peralta, "Prehistoric Gold Ornaments CB Philippines," Arts of Asia, 1981, 4:54–60.
  19. Art Exhibit: Philippines' 'Gold of Ancestors' in Newsweek.
  20. Laszlo Legeza, "Tantric Elements in the Philippines PreHispanic Gold Arts," Arts of Asia, 1988, 4:129–136.
  21. Rizal, Jose (2000). Political and Historical Writings (Vol. 7). Manila: National Historical Institute. 
  22. Scott 1984, p. 68.
  23. Agusan Gold Image only in the Philippines Archivado el 27 de junio de 2012 en Wayback Machine..
  24. Agusan Image Documents, Agusan-Surigao Historical Archives.

Bibliografía

Lectura complementaria

  1. Bennett, Anna T N (2009). «Gold in early Southeast Asia». ArchéoSciences 33: 99-107. 
  2. Beyer, H Otley (1947). «Outline Review of Philippine Archaeology by Islands and Provinces». Philippine Journal of Science (Bureau of Printing) 77 (34): 205-374. 
  3. Churchill, Malcolm H (1977). Indian Penetration of pre-Spanish Philippines: A new look at the evidence 15. Asian Center, University of the Philippines Diliman. pp. 21-45. 
  4. Dang, V T; Vu, Q H (1977). «Excavation at Giong Ca Vo site». Journal of Southeast Asian Archaeology 17: 30-37. 
  5. Francisco, Juan R (1963). «A Buddhist Image from Karitunan Site, Calatagan, Batangas Province». Asian Studies (Asian Center, University of the Philippines Diliman) 1: 13-22. 
  6. Francisco, Juan (1963b). «A Note on the Golden Image of Agusan». Philippine Studies (Ateneo de Manila University) 11 (3): 390—400. 
  7. Halili, Maria (2010). Philippine History. Rex. ISBN 978-9712356360. 
  8. Saunders, Graham E (2013). History for Brunei. Routledge. ISBN 978-1136874086. 
  9. Scott, William Henry (1984). Prehispanic Source Materials: for the study of Philippine History. New Day. ISBN 978-9711002268. 
  10. Scott, William Henry (1994). Barangay: Sixteenth-century Philippine Culture and Society. UP Hawai'i. ISBN 978-9715501354. 

Enlaces externos